El 11 de julio de 1991, Jalisco fue testigo de uno de los eventos astronómicos más espectaculares del siglo XX: un eclipse total de sol. Este fenómeno, que oscureció el cielo de la región, atrajo la atención de miles de personas y científicos de todo el mundo. El eclipse, conocido como el “Gran Eclipse de 1991”, tuvo una duración de 6 minutos y 53 segundos en su punto máximo, haciendo que el día se convirtiera brevemente en noche.
En Jalisco, especialmente en Guadalajara, la expectación fue enorme. Las autoridades y organizaciones astronómicas locales prepararon eventos y puntos de observación para que el público pudiera disfrutar del eclipse de manera segura. Se distribuyeron gafas especiales y se instalaron telescopios con filtros solares para proteger los ojos de los espectadores.
Además de su belleza y rareza, el eclipse de 1991 permitió a los científicos estudiar la corona solar, la atmósfera exterior del sol, en condiciones excepcionales. Las observaciones realizadas durante este evento contribuyeron a un mejor entendimiento de los procesos solares y su influencia en la Tierra.