La medida busca salvar al Instituto ante las amenazas de desaparición por parte del gobierno de López Obrador. 

La reciente propuesta de Adrián Alcalá, titular del INAI, de reducir la estructura operativa del Instituto, e incluso operar con un solo comisionado, es un reflejo del intento desesperado por evitar su desaparición. Esta medida surge en respuesta a los planes del presidente López Obrador de eliminar organismos autónomos como el INAI, bajo el argumento de reducir costos y simplificar la administración pública. Sin embargo, esta propuesta de Alcalá podría poner en riesgo la efectividad del INAI para cumplir con su misión de garantizar el acceso a la información pública y la protección de datos personales. 

Reducir la estructura del INAI a un solo comisionado no solo compromete la diversidad de perspectivas en la toma de decisiones, sino que también podría debilitar la capacidad del Instituto para manejar el volumen de solicitudes de información y recursos que recibe. La promesa de modernización y eficiencia, aunque necesaria, no debe ser una excusa para desmantelar un organismo crucial en la lucha contra la corrupción y la transparencia gubernamental. 

Asimismo, la propuesta de Alcalá pareciera una estrategia de supervivencia ante la amenaza de desaparición que una verdadera solución a los problemas de eficiencia y costo que enfrenta el INAI. La autocrítica y la modernización son importantes, pero deben realizarse sin sacrificar la esencia y la capacidad operativa del Instituto.  

Es fundamental que el INAI mantenga su independencia y su robusta estructura para seguir siendo un pilar en la defensa de la transparencia y la rendición de cuentas en México. La reducción a un solo comisionado podría ser un golpe fatal a su misión y, en última instancia, beneficiar a quienes buscan operar sin escrutinio público.