El presidente aprovecha su conferencia matutina para promover a Alcalde, levantando preocupaciones sobre la imparcialidad y el uso de recursos oficiales. 

En su conferencia matutina, el presidente Andrés Manuel López Obrador dejó claro su respaldo a Luisa María Alcalde para dirigir Morena, admitiendo abiertamente su falta de objetividad. Alcalde, actual secretaria de Gobernación, ha sido una figura cercana a López Obrador desde sus primeros años en la política, lo que plantea serias dudas sobre la imparcialidad en su respaldo. 

“El caso de Luisa, pues no soy objetivo. Estuvo de joven, la cuestionaban, estábamos empezando, organizó a los jóvenes… Ha hecho un extraordinario papel”, comentó López Obrador. Este apoyo explícito, sumado al respaldo de Claudia Sheinbaum y Citlalli Hernández, indica un claro favoritismo dentro del partido que socava la credibilidad del proceso de selección. 

López Obrador abogó por el método de la encuesta para decidir la dirigencia de Morena, argumentando que las elecciones en urnas se prestan a “acarreo e injerencias”. Sin embargo, esta postura parece más una estrategia para consolidar su influencia en el partido, más que una genuina preocupación por la democracia interna. 

Durante la conferencia, el presidente también aprovechó para difundir un promocional de Morena de 2012, donde Alcalde participó a los 25 años. Esta acción resalta aún más el favoritismo hacia Alcalde y plantea preguntas sobre el uso de recursos oficiales para promover a una figura política específica. 

La intervención directa de López Obrador en estos asuntos internos subraya un patrón de control y favoritismo que amenaza con deslegitimar los procesos democráticos dentro de Morena.