Colapsan la calidad de vida en Juárez y El Carmen.
La situación en los municipios de Juárez y El Carmen, en Nuevo León, es un claro ejemplo de los problemas derivados de un crecimiento urbano desordenado y de una falta de supervisión adecuada. Según datos del Coneval, 201,476 personas en Juárez y 40,399 en El Carmen salen diariamente de sus municipios para trabajar, enfrentando largos tiempos de traslado que superan la media nacional. Este fenómeno no solo afecta la calidad de vida de los residentes, sino que también evidencia la carencia de servicios adecuados y de infraestructura.
El crecimiento poblacional en estos municipios ha sido explosivo; Juárez creció un 83.5% en una década, mientras que El Carmen tuvo un incremento del 549%. Este crecimiento desmedido ha sido facilitado por la falta de supervisión en la construcción de fraccionamientos y por actos de corrupción en la entrega de permisos, según Carlota Vargas, presidenta de la Sociedad de Urbanismo de Monterrey.
Las viviendas construidas durante los periodos de José Natividad González Parás y Rodrigo Medina, si bien numerosas, carecían de los servicios básicos adecuados y estaban ubicadas lejos de los centros de trabajo. Esto resultó en numerosas casas abandonadas, ya que los costos de transporte superaban los beneficios de la vivienda económica.
En resumen, los problemas de infraestructura y la corrupción en la planificación urbana han llevado a condiciones de vida insostenibles para muchos residentes de Juárez y El Carmen, destacando la necesidad urgente de una mejor regulación y planificación en el desarrollo urbano de Nuevo León.