Después de intensas negociaciones, los ejidatarios de Santa Rita Tlahuapan accedieron a abrir un carril en la autopista México-Puebla.
Tras días de tensión en las carreteras, los ejidatarios de Santa Rita Tlahuapan, Puebla, han acordado abrir un carril en la autopista México-Puebla, pero su lucha sigue en pie. Este movimiento no es un fin, sino una táctica para mantener la presión mientras continúan exigiendo el pago por las tierras que les fueron expropiadas hace más de dos décadas para la construcción del Arco Norte.
El secretario de Gobernación de Puebla, Javier Aquino Limón, anunció que se establecieron mesas de diálogo con los ejidatarios, quienes desde el inicio de la semana bloquearon varias vías importantes, exigiendo justicia por lo que consideran una deuda histórica. Sin embargo, la liberación de un carril no implica que sus demandas hayan sido satisfechas; es, más bien, una forma de ganar tiempo y evitar mayores represalias mientras se negocian los términos del pago.
Este conflicto ha puesto en evidencia la desesperación de los ejidatarios, quienes se han visto obligados a tomar medidas drásticas para ser escuchados. Aunque las autoridades prometen que los pagos se gestionarán a través de instancias federales, los pobladores desconfían de las promesas y están preparados para retomar los bloqueos si no ven avances concretos.
La situación sigue siendo tensa, y la liberación parcial de la autopista no ha aliviado las preocupaciones de los transportistas y ciudadanos afectados, que temen que este sea solo un preludio de más acciones de protesta en el futuro. El conflicto está lejos de resolverse, y el estado de Puebla sigue siendo un campo de batalla entre los derechos de los ejidatarios y las necesidades de infraestructura del país.