La brutal lucha territorial entre grupos criminales de Jalisco y Sinaloa desgarra a Chiapas, dejando a las familias en una situación desesperada. 

En una entrevista con la periodista Pamela Cerdeira, Martín Moreno Fagoaga, vicario general de la Diócesis de Tapachula, describió la grave situación en Chiapas, donde la violencia entre los grupos criminales de Jalisco y de Sinaloa ha causado un aumento de pobreza y desplazamiento forzado. 

Desde hace tres años, la violencia ha recrudecido, afectando a miles de habitantes que ahora se enfrentan a la difícil decisión de huir hacia Guatemala o arriesgar sus vidas en un ambiente cada vez más hostil. Muchos han sido reclutados a la fuerza por los cárteles, obligados a cumplir tareas delictivas. 

“La violencia en Chiapas ha llevado a un sufrimiento extremo, con muchos fallecidos por las luchas territoriales de los cárteles”, explicó Fagoaga. Además, señaló que las personas desplazadas enfrentan la disyuntiva de morir de hambre o por inseguridad, y lamentó que las autoridades hayan minimizado la situación. 

El vicario general mencionó que muchas familias huyen hacia Guatemala, pero la crisis económica en ese país agrava su situación. “Nos morimos de hambre o de un balazo”, es el dilema que enfrentan los migrantes, según expresó Fagoaga. 

La Iglesia Católica ha emitido un comunicado dirigido a las autoridades, los habitantes y los cárteles, llamando a atender el desplazamiento forzado y la violencia extrema. Sin embargo, Fagoaga aclaró que, a diferencia de otras regiones, no tienen planeado negociar una tregua con los grupos criminales. 

Esta situación refleja una realidad alarmante donde la falta de seguridad y la pobreza extrema se entrelazan, dejando a las familias en un estado de constante peligro y desesperación. La lucha por el control territorial entre los cárteles está destruyendo la paz en Chiapas y obligando a las familias a vivir en condiciones inhumanas.