Guardia Nacional 

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Una fuerza militarizada entre escándalos de corrupción y dudas sobre su preparación.

La Guardia Nacional de México, creada en 2019 bajo el gobierno de Andrés Manuel López Obrador y fue presentada como la solución a la crisis de inseguridad que atraviesa el país, sin embargo, enfrenta serios problemas y controversias. Formada a partir de la Policía Federal, el Ejército y la Marina, esta fuerza de seguridad pública ha sido cuestionada por su naturaleza militarizada y su rápida implementación sin la preparación adecuada. 

Estructura Militarizada: Aunque se concibe como una institución civil, la Guardia Nacional está dominada por elementos militares, lo que ha generado preocupación por la posible erosión de los derechos humanos y el aumento del autoritarismo en la seguridad pública. 

Problemas Internos: La Guardia Nacional no ha escapado a los escándalos. Se han reportado casos de corrupción, abuso de autoridad y consumo de alcohol durante el servicio. Estos problemas internos han llevado a situaciones trágicas, como ataques contra la vida entre compañeros y atentados contra sus propias vidas, reflejando un ambiente de trabajo violento y altamente estresante. 

Eficacia Cuestionada: A pesar de su misión de combatir el crimen que se encuentra organizado en todo el país, los resultados han sido mixtos. La falta de capacitación adecuada y el estrés excesivo al que están sometidos sus elementos limitan su efectividad en el cumplimiento de sus funciones. 

Percepción Pública: La imagen de la Guardia Nacional está polarizada. Mientras algunas personas la ven como una medida necesaria para combatir la violencia que vive el país, otros la perciben como un instrumento de militarización que no aborda las causas profundas del crimen y la inseguridad en México. 

En conclusión, la Guardia Nacional, con su estructura militarizada y problemas internos, enfrenta desafíos significativos que ponen en duda su capacidad para mejorar la seguridad pública en México.