Invertirán 36 millones de pesos en estudios preliminares para determinar la viabilidad de la reconstrucción; la comunidad espera que no haya actos de corrupción. 

El anuncio del ISSSTE sobre la posible reconstrucción del Hospital General Dr. Gonzalo Castañeda Escobar en Tlatelolco, después de 13 años de abandono, es una medida que despierta tanto esperanza como escepticismo. Con una inversión inicial de 36 millones de pesos solo para evaluar las condiciones del edificio, el proyecto parece una iniciativa tardía que apenas comienza a abordar un problema prolongado. 

El hospital, que en su época brindaba atención de calidad y contaba con especialistas destacados, fue cerrado abruptamente en 2011 debido a supuestos daños estructurales. Desde entonces, la estructura ha sido víctima del abandono, vandalismo y ocupaciones esporádicas. Esta situación no solo reflejó una falla en la gestión del ISSSTE, sino también un desprecio por los recursos públicos y la salud de miles de derechohabientes que dependían de sus servicios. 

El proyecto para su rehabilitación, que se enmarca en el Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024, tiene como objetivo mejorar la infraestructura médica y proporcionar servicios de salud accesibles y de calidad. Sin embargo, la desconfianza persiste debido a la historia de incumplimientos y la cancelación de un contrato previo de ocho mil millones de pesos en 2015, que terminó en litigio. 

La preocupación de las y los derechohabientes destacan la importancia del hospital, subrayando la necesidad urgente de su reapertura. No obstante, es crucial que el ISSSTE no solo realice estudios de viabilidad, sino que también garantice la transparencia y eficiencia en la ejecución de este proyecto. La comunidad de Tlatelolco merece una solución definitiva y efectiva, no solo promesas y evaluaciones costosas. El gobierno debe asegurar que los errores del pasado no se repitan y que el hospital vuelva a ser un centro de salud confiable y accesible.