La crisis de desapariciones sigue golpeando al Estado mientras las autoridades luchan por proporcionar seguridad. 

La crisis de desapariciones forzadas en Nuevo León continúa agravándose, destacando la ineficacia de las autoridades para abordar este grave problema. Amy Arleth Esparza Ibarra, de 21 años, desapareció después de tomar un camión en San Pedro Garza para dirigirse a su hogar en García. Afortunadamente, fue encontrada con vida, pero su caso resalta la desesperación y el miedo que muchas familias enfrentan diariamente.  

El contexto de esta desaparición subraya la preocupante tendencia de inacción y falta de recursos y acciones por parte de las autoridades locales. A pesar de los repetidos llamados a la atención, el gobierno estatal no ha implementado medidas efectivas para prevenir y resolver estos casos. La Agencia Estatal de Investigaciones (AEI) informó sobre la localización de Amy, pero los detalles sobre su desaparición y rescate siguen siendo escasos. 

Este incidente refleja una realidad más amplia y dolorosa: la creciente inseguridad en Nuevo León, donde las desapariciones forzadas se han convertido en una triste rutina. Las autoridades, en lugar de tomar medidas contundentes, parecen conformarse con soluciones temporales y paliativas. Las familias, como la de Amy, se ven obligadas a vivir con el temor constante de perder a sus seres queridos, mientras que los responsables de estos actos quedan impunes. 

Es crucial que el gobierno de Nuevo León tome medidas inmediatas y efectivas para abordar esta crisis. La ciudadanía merece seguridad y justicia, no excusas ni promesas vacías. La situación de Amy Esparza es un recordatorio doloroso de la urgencia de actuar contra las desapariciones forzadas y garantizar la protección de todos los habitantes del estado.