El Enfrentamiento entre el Estado y la Iglesia Católica.
La Guerra Cristera, también conocida como la Cristiada, fue un conflicto armado que tuvo lugar en México entre 1926 y 1929. Esta guerra surgió como respuesta a las políticas anticlericales implementadas por el presidente Plutarco Elías Calles, quien buscaba fortalecer el control del Estado sobre la Iglesia Católica y reducir su influencia en la vida pública y política del país. Las reformas de Calles incluían la estricta aplicación de la Constitución de 1917, que imponía severas restricciones al clero y a las actividades religiosas.
El conflicto se inició cuando grupos de laicos, apoyados por algunos sectores del clero, tomaron las armas para defender su derecho a practicar su fe y preservar sus tradiciones religiosas. Los cristeros, como se llamaban a sí mismos, adoptaron el grito de “¡Viva Cristo Rey!” como lema y se organizaron en guerrillas para enfrentar al ejército federal.
La Guerra Cristera dejó un saldo devastador en términos humanos y materiales, con miles de personas fallecidas y desplazadas. El conflicto concluyó en 1929 con la firma de los “Arreglos”, un acuerdo entre el gobierno y la Iglesia Católica que permitió una tregua y algunas concesiones para la práctica religiosa.
Este episodio es un recordatorio de la profunda intersección entre política y religión en la historia de México y subraya la importancia del diálogo y la tolerancia en la resolución de conflictos.