MORENA consolida mayoría en el Congreso de CDMX con la adhesión de tres diputados opositores 

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Con el apoyo de ex legisladores del PAN, PRI y PRD, MORENA asegura la mayoría calificada, generando controversia por posibles violaciones a la Ley Orgánica del Congreso local. 

MORENA ha asegurado una mayoría calificada en el Congreso de la Ciudad de México tras incorporar a tres diputados que originalmente fueron electos por la alianza opositora conformada por PAN, PRI y PRD. Con esta movida estratégica, el grupo parlamentario de MORENA suma 46 legisladores, lo que le permite realizar modificaciones constitucionales y avalar nombramientos clave, como el del fiscal general de Justicia. 

Los tres diputados que han permitido este reforzamiento de MORENA son Luis Chávez, quien fue electo bajo las siglas del PAN; Silvia Sánchez Barrios, proveniente del PRI; y Nora Arias, ex perredista. Estos legisladores, que decidieron cambiar de bando, fueron rápidamente integrados a Morena, con la coordinadora del partido, Xóchitl Bravo, asegurando en conferencia de prensa que ahora serán “legisladores de la transformación”. Aunque Arias ha insistido en que mantendrá una “individualidad propia”, su cambio de partido refuerza la narrativa de Morena de una unión de las izquierdas en la capital.  

Este cambio de alineación no ha estado libre de controversias. Durante la sesión constitutiva de la tercera Legislatura del Congreso de la CDMX, el PAN expresó su inconformidad, alegando que la formación de esta nueva bancada viola el artículo 35 de la Ley Orgánica del Congreso local. Este artículo establece que los integrantes de un grupo parlamentario deben provenir del mismo origen partidario, lo que no se cumple en el caso de la recién formada bancada donde, a pesar de ser electa por MORENA, Nora Arias afirmó que su origen político es el PRD. 

Este fortalecimiento de MORENA en el Congreso de la CDMX, logrado a través de la incorporación de diputados “chapulines”, evidencia la capacidad del partido para maniobrar políticamente y asegurar el control legislativo en la capital, aunque a costa de generar tensiones y cuestionamientos sobre la legalidad y la ética de estas alianzas.