Otro “sabadazo”: Mario Marín recibe prisión domiciliaria tras acusaciones de malos tratos y trata de menores de edad 

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La jueza Angélica del Carmen Ortuño Suárez otorgó prisión domiciliaria al exgobernador de Puebla, Mario Marín, desatando críticas por el riesgo de que el exmandatario evada la justicia. 

El exgobernador de Puebla, Mario Marín, quien ha enfrentado un proceso judicial por malos tratos y protección a redes de trata de menores de edad, fue beneficiado con prisión domiciliaria por la jueza Angélica del Carmen Ortuño Suárez. Tras tres años en prisión preventiva, Marín será trasladado de Almoloya de Juárez a su domicilio en Puebla, donde permanecerá bajo vigilancia con un brazalete electrónico.  

La decisión ha sido duramente criticada por Lydia Cacho, periodista y víctima del exmandatario, quien teme por su seguridad y la de sus testigos. La abogada de Cacho, Aracely Andrade, anunció que presentará un recurso de apelación, argumentando que Marín tiene los recursos y la influencia para evadir la justicia. 

La decisión de la jueza ha generado controversia, especialmente por las condiciones que permitieron que Marín, conocido como “el góber precioso,” evite continuar en prisión.  

Lydia Cacho ha denunciado públicamente que esta resolución refleja el poder que Marín aún ejerce dentro del sistema judicial mexicano, y cómo este fallo podría comprometer la seguridad de aquellos que participaron en el proceso judicial en su contra. En redes sociales, Cacho señaló que el exgobernador aún no ha sido exonerado, pero que su liberación en esta etapa crítica es un claro indicio de la influencia que aún posee. 

Mientras tanto, la noticia de su próxima liberación ha generado una serie de especulaciones sobre la posible reaparición de Marín en la escena política, a pesar de los graves cargos que enfrenta. Aunque se espera que su liberación se realice en las próximas 72 horas, aún existen dudas sobre cómo se garantizará que cumpla con las restricciones impuestas por la jueza, incluyendo la prohibición de salir de la ciudad o el país, así como evitar el contacto con otros implicados en el caso.  

El proceso judicial contra Mario Marín ha sido un largo y polémico camino, y su reciente liberación domiciliaria se suma a las críticas de que el sistema judicial mexicano sigue siendo vulnerable a las influencias políticas y económicas.