Con la salida de Marko Cortés, el PAN enfrenta el reto de elegir una nueva dirigencia que pueda recuperar la fuerza perdida en las últimas elecciones y redefinir el rumbo del partido.
El Partido Acción Nacional (PAN) se enfrenta a un momento crucial en su historia con la salida de Marko Cortés de la dirigencia, luego de un periodo marcado por derrotas electorales y la pérdida de poder en varios estados clave. La elección de un nuevo líder es vista como un último esfuerzo para revitalizar un partido que ha visto disminuida su influencia a nivel nacional. Entre los aspirantes destacan Damián Zepeda y Kenia López Rabadán, ambos críticos de la actual gestión y proponentes de una nueva dirección para el PAN.
Zepeda, con experiencia previa en la dirigencia del partido, ha abogado por una ruptura con la alianza PRI-PRD, señalando la necesidad de una identidad más firme y autónoma para el PAN.
Por su parte, López Rabadán, conocida por su firme oposición a las políticas de López Obrador, representa una opción para aquellos que buscan un liderazgo más combativo.
La renovación de la dirigencia no solo definirá la futura estrategia del partido, sino que también será un indicativo de su capacidad para adaptarse y sobrevivir en un entorno político cada vez más dominado por Morena. Con elecciones internas previstas para noviembre, la militancia del PAN tiene en sus manos el destino de un partido que, en su apogeo, llegó a ser la fuerza política dominante en México. ¿Podrá el PAN resurgir de sus cenizas o está destinado a un lento declive? La respuesta se conocerá en las próximas semanas.