¿Verdadera transparencia o estrategia política? 

En febrero de 2024, Claudia Sheinbaum, quien entonces era la candidata presidencial de Morena, realizó una celebración desmedida y sospechosamente oportuna: la Ciudad de México, según ella, era la única de las 32 entidades que no tenía montos por aclarar ante la Auditoría Superior de la Federación (ASF) en su Cuenta Pública 2022. Esta afirmación, respaldada por Luz Elena González, en ese momento secretaria de Finanzas del Gobierno de la CDMX, llegó en un momento crucial para la campaña de Sheinbaum, lo que genera cuestionamientos sobre la veracidad y el oportunismo de esta declaración. 

Sheinbaum no perdió tiempo en destacar que durante su mandato se obtuvieron logros históricos, como la reducción de homicidios a niveles no vistos desde 1989. Sin embargo, es curioso que este resultado fiscal tan significativo se presentó justo cuando más necesitaba reforzar su imagen de integridad y transparencia. Es fácil especular si estos números son tan precisos y transparentes como se pretende, o si hay una manipulación política detrás. 

La exsecretaria de Finanzas afirmó que la ASF no encontró irregularidades en el uso del presupuesto de la CDMX, lo cual parece un tanto increíble considerando la magnitud y complejidad del presupuesto de la capital. ¿Realmente es posible que en un contexto tan vasto y complicado no haya ni un solo peso mal utilizado? Esta aseveración tan absoluta huele más a estrategia política que a un informe imparcial. 

Además, Sheinbaum aprovechó la plataforma para hacer promesas grandilocuentes sobre convertir a México en una potencia ambiental, mencionando iniciativas como las dos plantas de reciclaje más grandes de América Latina. Sin embargo, es importante recordar que las promesas de campaña a menudo son exageradas y rara vez se cumplen al pie de la letra.