A pesar de las campañas de concientización, la falta de medidas efectivas por parte de las autoridades permite que los conductores sigan poniendo en riesgo la vida de peatones y motociclistas.
La alarmante cifra de 65 muertes por accidentes de tránsito en Guadalajara revela una crisis que las autoridades locales parecen incapaces de controlar. Con el 42% de estas muertes correspondiendo a motociclistas y el 35% a peatones, es evidente que la velocidad sigue siendo un factor mortal en las calles de la ciudad. A pesar de campañas como “La velocidad mata, respeta los límites”, los conductores continúan ignorando los límites de velocidad, con casi la mitad de los automovilistas superando las marcas establecidas.
Las estadísticas son claras: un aumento del 1% en la velocidad promedio puede incrementar hasta un 4% los accidentes fatales. Sin embargo, las medidas implementadas hasta ahora parecen insuficientes para detener esta tendencia mortal. Es preocupante que, mientras las muertes se acumulan, las autoridades se limiten a lanzar campañas de concientización sin abordar de manera efectiva la raíz del problema.
La realidad es que, en Guadalajara, los conductores siguen teniendo la prioridad en detrimento de la seguridad de los peatones y motociclistas. Es necesario un enfoque más agresivo por parte del gobierno local para implementar controles de velocidad más estrictos y asegurar que los infractores enfrenten consecuencias reales. De lo contrario, las cifras seguirán aumentando y más vidas se perderán en las vías de una ciudad que parece haber perdido el control sobre sus propias calles.